El 7 de mayo, el Instituto Italiano de Cultura de Madrid ha inaugurado la exposición Palermo Mon Amour – un proyecto de la Fondazione Merz de Turín- , una «profundización» sin precedentes en la historia de una ciudad como Palermo, contradictoria e imaginativa, devuelta a través del objetivo de la cámara de autores de excepción: Enzo Sellerio, Letizia Battaglia, Franco Zecchin, Fabio Sgroi y Lia Pasqualino. Gracias a la colaboración con el Instituto Cervantes, para esta etapa en Madrid, el proyecto expositivo se ha enriquecido con la mirada de Begoña Zubero, con una selección de fotografías tomadas durante una larga estancia en Palermo en 2020.
A la inauguración asistieron Beatrice Merz, Presidenta de la Fundación Merz, Marialuisa Pappalardo, Directora del IIC de Madrid, y la comisaria Valentina Greco; intervinieron también Alessandro De Pedys, Director General de Diplomacia Pública y Cultural del MAECI, y Carmen Noguero, Secretaria General del Instituto Cervantes, que unas horas antes habían firmado un memorando de entendimiento para la puesta en marcha de proyectos e iniciativas conjuntas entre las Redes de Institutos Italianos de Cultura y el Instituto Cervantes en todo el mundo. La exposición «Palermo Mon Amour» en Madrid selló el inicio de esta colaboración, que pretende dar continuidad y fortalecer las relaciones entre España e Italia en el ámbito de la diplomacia cultural.
La exposición presenta, a través de la mirada de cinco fotógrafos italianos, una visión de la historia de Palermo desde los años 50 hasta 1992, explorando el imaginario poético de una ciudad en continua “deflagración” y no siempre recompuesta en su complejidad. A la visión amable, lúdica, culta y anti-retórica que caracterizan los años ’50 y ’60, desgarrada por escenarios de miseria y degradación, pero también atravesada por una tensión hacia el renacimiento civil y económico, siguen los turbulentos años ’70, las revoluciones del movimiento punk, las manifestaciones estudiantiles y los hechos de la feroz crónica de sucesos que salpican la vida cotidiana de Palermo hasta el 1992. Afloran del blanco y negro hombres y mujeres: símbolos como los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, Letizia Battaglia, a su vez, fotografiada por Lia Pasqualino y Franco Zecchin. Aflora también el retrato de gente común, todos espectadores y al mismo tiempo protagonistas de una historia y de una humanidad en continuo devenir.
Explica Valentina Greco, comisaria de la exposición: “La fotografía es un dispositivo necesario para experimentar un lenguaje que pueda narrar qué ocurre en una ciudad, qué es una ciudad. Realizar una fotografía significa participar en la felicidad, la fragilidad, la cotidianidad, la excepcionalidad, la ferocidad, la hipocresía, la fabulación, la riqueza, la miseria, la maravilla de las situaciones colectivas, tanto públicas como privadas. Las fotografías desvelan la implacable deconstrucción del tiempo, y revelan que entre dos situaciones se encuentra el desbarajuste, la deflagración.”
Con un salto en el presente, el recorrido de la exposición se enriquece del punto de vista y de las imágenes de la fotógrafa Begoña Zubero Apodaca (Bilbao, 1962). La investigación de Zubero va desde la exploración del espacio urbano hasta la abstracción de la fotografía subjetiva; en Palermo Mon Amour, toma inspiración de sus largas estancias en Italia, en los que se concentra en la arquitectura palermitana, interpretada como memoria viva de su pasado y de las influencias culturales recibidas. El espacio urbano se convierte en testimonio del carácter multicultural de la ciudad y de los cambios socio-políticos que ha sufrido, completando sin solución de continuidad el retrato esbozado por Sellerio, Battaglia, Zecchin, Sgroi y Pasqualino.
La exposición está concebida como un paseo visual, de ritmo apremiante y tachonado de encuentros, que reocrre Palermo a través de más de sesenta fotografías de mediano y gran formato, componiendo un retrato-mosaico de una ciudad en constante estado de excepción, de la que la fotografía, junto con la escritura y el teatro, han sido atentos observadores y protagonistas.
“Estamos seguros que ningún visitante podrá permanecer indiferente a la fuerza rompedora de Palermo Mon Amour, a las miradas de estos extraordinarios fotógrafos que, a lo largo de los años, han gravitado alrededor de la capital de Sicilia, contando su presente y entregándolo, con sus imágenes, a la historia” – declara Marialuisa Pappalardo, directora del IIC di Madrid – “Agradezco a la Fondazione Merz por haber aceptado la invitación para realizar la exposición en nuestros espacios y al Instituto Cervantes, especialmente a la sede de Palermo, por haber conseguido que esta etapa madrileña sea aún más especial gracias a las fotografías sobre la Palermo contemporánea realizadas por Begoña Zubero”.
La exposición forma parte del programa de PhotoEspaña 2024.