La exposición “Sugestiones de Italia” de la Galería de Arte Moderno de Turín ha cerrado sus puertas en Madrid con un excelente resultado: unos 7.000 visitantes. Ahora, entre un velo de nostalgia, están en curso las minuciosas operaciones de desinstalación, llevadas a cabo por los comisarios y el personal especializado.
Sin embargo, la experiencia expositiva no abandonará realmente la ciudad: al fin y al cabo, una muestra es como una máquina del tiempo. Desde el origen creativo de un autor, pasando por las solemnes salas de un museo, las obras se recomponen en un nuevo espacio para transmitir un mensaje especial, que ya no es solo el ofrecido por el comisario, sino que se enriquece con las emociones del público.
El momento del desmontaje lleva consigo una herencia emotiva: cada obra, al regresar a casa, se carga de los pensamientos y de las sugestiones que ha sabido generar a lo largo de su viaje.
