El Instituto Italiano de Cultura de Madrid sigue, en su programa expositivo dedicado al arte contemporáneo, con la promoción de los talentos italianos de las últimas generaciones, presentando la obra del artista Luca Trevisani que ha realizado un proyecto site specific para nuestra sede, el Palacio de Abrantes de Madrid. Luca Trevisani, nacido en Verona y activo entre Italia y Alemania, se define escultor, incluso cuando realiza películas o dibujos, ya que ha elegido la escultura por su dimensión tridimensional a la que le añade una cuarta: la del cuerpo del espectador que se encuentra delante de la obra. Para hablar de sus obras habría que hablar de un laborioso trabajo que presenta diferentes elementos recurrentes como la liquidez, el flujo, la apertura y la interacción para crear un encuentro de identidades, en una suerte de construcción colectiva donde los materiales son fundamentales. No se trata de una destructuración de la realidad sino de una reconstitución, donde los materiales desprenden la energía del sistema de leyes y de los mecanismos internos de la naturaleza, que se convierte en una plataforma común para poder comunicar y entenderse, creando un lenguaje interpersonal e intercultural en el que los sentidos están implicados y el espectador se siente sumergido y envuelto de sugestiones.La escultura, como una metáfora prometeica, está plasmada y vive en ambientes creados por imágenes en movimiento, creciendo hasta rendirse a la vitalidad de la materia que la constituye que cede a sus límites y empieza a disolverse para construir un archipiélago de formas, un ecosistema frágil, espectacular y efímero. En todo este proceso el hombre permanece protagonista gracias a su capacidad de relacionarse con la naturaleza mientras que la escultura asume diferentes formas y está en continua transformación. Atento a las relaciones, a los equilibrios, a las metamorfosis, a la percepciones sensoriales, Luca Trevisani ha realizado para este Instituto el proyecto Grand Hotel et des Palmes, que toma el nombre del hotel palermitano donde se halló el cuerpo sin vida de Raymond Roussel, escritor y dramaturgo francés, uno de los padres de la patafísica, convencido de que una obra artística/literaria no necesita contener nada real, de que puede ser exclusivamente una combinación de objetos imaginarios. Es precisamente la libertad expresiva y el imaginario del escritor francés lo que señala el camino de todo el proyecto. Un título que será como un lema de otras exposiciones, en otros lugares, con otras obras, ilustrando la profunda y compleja investigación poética de Luca Trevisani.
